ENSEÑANDO A TU PERRO A SER EDUCADO

¿Has visto algo más penoso que un amo arrastrado por la acera por un perro sin educación ni límites? Cuánto más felices serían ambos si compartieran algunas simples reglas de convivencia. Y esto es posible, tanto si se trata de un joven cachorro como de un ejemplar adulto. Siempre estás a tiempo de educarlo para que se convierta en un compañero dócil y adorable. Pero recuerda: esta educación se basa en el respeto mutuo, y no en la dominación por el miedo. Si lo educas mediante el castigo, puede que llegue a obedecerte. Pero ni él ni tú gozarán de la relación de afecto y alegría que debe unir a toda mascota con su amo.

¿Qué pueden aprender?
Un perro puede aprender muchas cosas, algunas muy sorprendentes. Pero quizá lo que tú desees es que aprenda algunas sencillas órdenes para organizar la convivencia. Cuanto antes, incúlcale algunos horarios para las actividades importantes, como alimentarse. Es asombroso cómo ellos incorporan las rutinas, haciéndolo todo más organizado y sencillo. Luego puedes enseñarle a caminar con la correa sin adelantarse. Llévalo a un lugar sin muchas distracciones y hazlo caminar a tu lado sin que te rebase. Si lo intenta, da un tirón leve pero firme a la correa. Usa la palabra NO para todo lo que quieras que no haga. Prémialo cuando se comporte como esperas, acariciándolo efusivamente y repitiendo su nombre con afecto.

Sentarse y acudir
Es muy útil que tu perro obedezca la orden de estarse quieto. Enséñale a sentarse con la orden SIT o SIENTA. Para ello, con la correa puesta, dale la orden con voz firme, mientras sostienes la correa tirante para que no baje la cabeza, a la vez que empujas hacia abajo su parte trasera para que se siente. No esperes que aprenda demasiado rápido, repite la acción muchas veces y prémialo siempre que cumpla la consigna. Enséñale a no moverse con la orden QUIETO. Aléjate un poco y si intenta venir a tu lado, repite NO. Luego enséñale a acudir con la orden VEN. Nunca asocies su llegada a algo negativo, como ceñirle la correa, ya que no querrá obedecerte en el futuro. Prémialo primero con efusivas caricias, que es lo que él más espera de ti. Toma el tiempo necesario para este aprendizaje y verás cómo tu perro se transforma en una mascota ideal.